El ser humano siempre ha tenido la necesidad de intercambiar objetos; por ello los mercados van tan ligados a la condición humana que, visitarlos, se convierte en una cita indiscutible para conocer a la gente autóctona de un país. Hoy en día, los mercados ofrecen la cara amable de las personas, una puerta abierta para conocerlos, charlar, intercambiar vivencias,... en ellos se encuentra gente sencilla, con ganas de entablar conversación. Por esta razón os recomendamos que en cualquier viaje, dejéis un poco de tiempo para vagabundear por las calles poco transitadas, con multitud de paraditas donde venden comida, ropa, chucherías, .... y os dejéis impregnar por los olores de la fruta, las especies, .....
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